Vente

Vente,
que te espero en la aduana del cariño
con un carnet falso,
con una foto de cuando era un niño.
Vente,
tengo muchos agujeros en el brazo,
cada uno es de un abrazo
que quise darte y tú no hacías caso.
Vente,
pero espérate un ratito que me inyecte
tu mirada en dosis que me vienen ganas
porque siempre estás ausente.
Vente,
que ahora aprieto el émbolo más fuerte
para que vengas a verme
y luego te desvaneces, y luego te desvaneces.
Y la infecta jeringuilla es tu cuerpo y me parece
que me devuelve la vida
y es a ti a quien me devuelve.
Tu camino es mi brazo, tu destino es mi vena,
por haberte conocido tengo encima esta condena,
pero no quiero abstinencia,
quiero alterar mi conciencia
y al cerrar los ojos verte a ti aunque me muera.
Sangre,
no me importa si contagio mi sangre,
porque cuando veo tus ojos todo arde
y me consumo despacio por tocarte.
Sangre,
que se quedó envenenada en una tarde
cuando conocí a mi ángel
e hicimos el amor en cada parque.
Sangre,
que brotó en cada palabra que nos dimos,
en cada beso, en cada pico,
hasta que me abandonaste.
Sangre,
no quiero desintoxicación de nadie,
que no estoy intoxicado
si no es por encontrarte, si no es por encontrarte.
Y la infecta jeringuilla es tu cuerpo y me parece
que me devuelve la vida
y es a ti a quien me devuelve...

(Carlos Chaouen)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por fin.

Jovenzuelo