La casa nueva

Hoy estamos de fiesta, tenemos nueva casa y hay que inaugurarla como Dios manda. Hay de todo, asado, cazuela, champaña, vino blanco, del otro, mucha gente y la casa. La casa nueva, nuestra casa, fruto de tantos años llenos de penas blancas. Primero hubo discursos (me acuerdo), me felicitaron, hasta nos tomaron fotos con la vieja, abrazados. Luego, y como es lógico, ya no hay nada importante, importan sólo el trago, la comida y el baile. Yo los miro de lejos, los niños están grandes, mi hija con su novio, mi hijo y su compadre. Mi mujer con los platos, yo con mi copa, solo, en un rincón la busco escondido de todos. Hola, vieja, ¿bailamos? ¡Qué importan todos estos!, no importa ni la casa, lo que importa es lo nuestro. ¡Quítate el delantal! ¡Quiero verte de fiesta! ¡Ya está bueno de platos! Ahora, eres la reina. Bebe, tú, de mi copa como en los tiempos idos, yo bebo de la tuya. ¿Amigos? Amigos.

Déjame bailar contigo la alegría linda del último vals,
amor, amor.
Vamos a vivir unidos en este minuto nuestra eternidad,
amor, amor, amor.

¿Sabes una cosa? Hay algo que no entiendo: yo quería una fiesta con los hijos y los nietos, y vino tanta gente que tuve que buscarte, como ves, escondido, para poder hablarte. Pienso qué pasaría si alguien me sorprendiera contándote, en secreto, mis siniestras ideas. Una casa, ¿cuál casa? Si esto es una barraca comparada con otras que sí se llaman casas. La casa nueva (¡claro!), desde hoy la casa de los viejos para bailar, a solas, un valsecito añejo.

Déjame bailar contigo la alegría linda del último vals,
amor, amor.
Déjame mirar tus ojos recordando tiempos que no volverán,
amor, amor, amor.

Mira, todos se han ido, hemos quedado solos, estoy casi borracho, parece ¿Lo entiendes? ¡Solos, solos! Sin hijos ¿Lo ves? Se van, se van, felices. Tú te pones más vieja, yo más viejo y más triste. En fin, bailemos, sólo Dios entiende lo que pasa. Después de todo, o nada, tenemos nueva casa.


Déjame bailar contigo la alegría linda del último vals,
amor, amor.
Déjame saber, es cierto, que nada nos quita la felicidad,
amor, amor, amor.


(texto: Tito Fernández; foto: Elliott Erwitt)

No hay comentarios: