Dulces mordeduras - Danza humo
“Bueno, mañana nos vemos en el apagón de La Habana vieja”
Defiendo a los amantes perseguidos,
los amantes de citas clandestinas,
los amantes de tanto desatino,
los amantes difíciles, profanos.
Defiendo a los amantes que se esconden
y desbordan en rápidas caricias;
los furtivos, urgentes,
los amantes arriesgados, posesos y valientes.
Defiendo a los amantes que, a su modo,
son felices de amarse, son sinceros.
Los amantes de amores soterrados,
los amantes que juegan con el fuego.
Defiendo a los amantes verdaderos,
los que asumen el riesgo de la noche,
los desnudos amantes de lo oscuro,
desangrándose en dulces mordeduras.
Defiendo a los amantes perseguidos,
los amantes de parques apagados,
los aquellos amantes camuflados,
los defiendo, los cuido, los envidio.
Quiero andar un tramo contigo
hasta que el camino decida.
Quiero empolvar mis zapatos,
asumir las consecuencias.
Ángel que te me apareces
cuando el siglo va a morir,
cuando solté mi papalote,
cuando el río casi es mar…
Quiero andar un tramo contigo
sin exceso de equipaje.
Quiero iniciar este viaje
sin temor al de regreso.
Demonio azul que me llamas
y te echas a correr,
danza,
ve delante,
danza,
humo,
que yo te seguiré.
(Augusto Blanca)
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