Era

Era simplemente que no se tenían más:
se saturaron tanto del equilibrio
preso, falso,
y el espanto de no saber romper
con todo lo hermoso que ya fue.

Era más cuestión de falta de sinceridad:
lágrimas encerradas tras la sonrisa,
mueca desaparecida;
suerte de oscuridad
que transforma amor en soledad.

Murió la luna de los enamorados
convencidos de que sólo muertos
no estarán.
Llegó la implosión,
el trecho amargo de la desesperanza.

Simplemente, que no se tenían más;
suerte de oscuridad que transforma amor en soledad.

(Santiago Feliú)

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