Hoy ten miedo de mí


Hoy que llevo en la boca el sabor a vencido,
procura tener a la mano a un amigo
que cuide tu frente y tu voz,
y que cuide de ti, para ti, tus vestidos.
Y a tus pensamientos, mantenlos atentos;
y a mano tu amigo.
La importancia de verte morderte los labios de preocupación
es hoy tan necesaria como verte siempre,
como andar siguiéndote con la cabeza en la imaginación.
Porque, ¿sabes? ─y si no lo sabes, no importa─,
yo sé lo que siento, yo sé lo que cortan después unos labios,
esos labios rojos y afilados,
y estos puños que tiemblan de rabia cuando estás contenta,
que tiemblan de muerte si alguien se te acercara a ti.
Hoy procura que aquella ventana
que mira a la calle en tu cuarto se tenga cerrada,
porque no vaya ser yo el viento de la noche
y te mida y recorra la piel con mi aliento
y hasta te acaricie y te deje dormir
y me meta en tu pecho y me vuelva a salir
y respires de mí.
O me vuelva una estrella y te estreche en mis rayos,
y todo por no hacerme un poco de caso.
Ten miedo de mayo, y ten miedo de mí.
Porque no vaya a ser que, cansado de verte,
me meta en tus brazos para poseerte
y te arranque las ropas y te bese los pies
y te llame mi diosa
y no pueda mirarte de frente
y te diga llorando después:
Por favor tenme miedo,
tiembla mucho de miedo, mujer,
porque no puede ser.

(letra: Fernando Delgadillo; cuadro: Gustav Klimt)

No hay comentarios: