Los heraldos negros
a Yehude Simon Valcárcel
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios.
Como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.
Son pocos; pero son...
Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas.
O los heraldos negros que nos manda la muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma.
De alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Son esos rudos golpes sangrientos las explosiones súbitas,
de alguna almohada de oro que funde un sol maligno.
Y el hombre... ¡Pobre hombre! Vuelve los ojos como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza como charco de culpa en la mirada...
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
(letra: César Vallejo; foto: Juan Domingo Córdoba)
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